¿Qué hace un aviador inglés enterrado en el despoblado de Peña?


Nuestras rutas BTT y senderismo pasan por algunos pueblos deshabitados. Algunos encierran historias que parecen sacadas de un guión de película. Tal es el caso del capitán de aviación Walker enterrado en el pueblo abandonado de Peña.
El 11 de noviembre de 1943 el capitán Walker y su copiloto Crow salieron en su biplaza en misión de reconocimiento. En el sur de Francia fueron alcanzados por las baterías alemanas.
Con el avión averiado consiguieron cruzar los Pirineos con la esperanza de poder aterrizar en suelo español. A la altura de Sos del Rey Católico el aparato se incendió por lo que decidieron saltar en paracaídas. El copiloto cayó en las inmediaciones de Sos del Rey Católico y resultó ileso. Sin embargo, el capitán Walker tuvo la mala suerte de que su paracaídas se enganchó en la cola del avión en llamas.
Los últimos vecinos de Peña salían en ese momento de misa de celebrar San Martín. Escucharon primero y vieron después el avión que acabó estrellándose muy cerca de allí. Localizaron el aparato y el cadáver y le dieron sepultura en el pequeño cementerio. Posteriormente, algún familiar del aviador vino en 1956 y colocó la placa que lo identifica.
Desde entonces y hasta la actualidad alguien le pone flores todos los años a principio de noviembre.
Historias como ésta añaden todavía más magia a uno del enclaves más increíbles de nuestras rutas de senderismo y bicicleta de montaña.